Para muchas personas en todo el mundo, la temporada de Navidad es la época más feliz y más concurrida del año. Millones de creyentes en Cristo celebran el 25 de diciembre como una festividad religiosa especial porque creen que marca la fecha del nacimiento de Cristo. Los empresarios a menudo se aprovechan de la entrega de regalos en esta temporada para generar ganancias extras. Algunos religiosos protestan ante esta “comercialización” de la Navidad porque sienten que un día sagrado y santo es profanado. Sus protestas a menudo se expresan en lemas tales como “Pongamos a Cristo de nuevo en la Navidad” o “Jesús es la razón de la estación”. Pocas personas, sin embargo, incluyendo muchos creyentes en Cristo, son conscientes del hecho de que la Biblia es completamente silenciosa concerniente a cualquier festividad especial para conmemorar la fecha del nacimiento de Cristo.

¡La Biblia no nos da la fecha del nacimiento de Jesús! Si él nació en diciembre o julio o algún otro mes del año no es declarado en las escrituras. Los eruditos confiesan que no saben la fecha real del nacimiento de Cristo. Durante más de 300 años después del cierre del Nuevo Testamento, la Navidad se mantuvo en varias fechas. En 354, el obispo de Roma decretó que el 25 de diciembre, un día de fiesta pagana en honor del dios Saturno, debía ser observado por los Cristianos en honor del nacimiento de Cristo. Sin embargo, en el este, esta fecha no fue aceptada; y durante siglos, el 6 de enero se celebró como el cumpleaños de Jesús, particularmente en Egipto. Algunas ramas de la Iglesia Ortodoxa Oriental, aún hoy, mantienen el 6 de enero como día de Navidad.

Es interesante notar también que muchas de las festividades relacionadas con la Navidad tienen su origen en el paganismo, no en la Biblia. Muchas de ellas proceden también del catolicismo. Por ejemplo, en inglés, el nombre de esta festividad es compuesto de los términos Christ (Cristo) y mass (misa), en referencia a la adoración practicada por la Iglesia Católica. En español, el nombre proviene del latín nativĭtas que simplemente significa “nacimiento”. El árbol de Navidad se originó en Escandinavia. Los paganos de esa parte del mundo adoraban a los árboles antes de que se convirtieran en creyentes en Cristo. La decoración con muérdagos fue iniciada por parte de los sacerdotes célticos antiguos, conocidos como Druidas, que utilizaron el muérdago como amuletos para alejar los malos espíritus. La quema de troncos de Navidad, que es habitual en muchos países, proviene de los antiguos nórdicos que quemaban un tronco una vez al año en honor de Thor, dios del trueno. Hay muchos otros ejemplos de la influencia pagana en las costumbres navideñas que se pueden encontrar en enciclopedias o en Internet.

La Biblia provee dos relatos del nacimiento de Jesús. Se encuentran en Mateo 1 y 2 y Lucas 2. No se hace mención de la fecha. No se da ningún mandamiento para que el cumpleaños de nuestro Señor sea observado de manera alguna. Ningún ejemplo se encuentra en el Nuevo Testamento de ninguna celebración del nacimiento de Cristo. Por lo contrario, el énfasis del Nuevo Testamento está en la muerte y resurrección de Cristo. Su muerte hizo posible el perdón de nuestros pecados. Su resurrección hace posible nuestra victoria sobre la muerte. La cena del Señor es proclamar la muerte del Señor hasta que él venga (1 Corintios 11:26). El único día especialmente dado para la observancia religiosa en el Nuevo Testamento es el día del Señor, el domingo, el primer día de la semana (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10).

¿Cuál debe ser la actitud del Cristiano hacia la Navidad? ¿Deberíamos celebrarlo como el cumpleaños de Cristo? ¡Definitivamente no! Hacerlo así es actuar sin la autoridad bíblica. ¿debemos observar los feriados navideños de alguna forma? En opinión de este escritor, no hay nada de malo en disfrutar de los días feriados en Navidad, así como uno disfrutaría de cualquier otra festividad legal durante el año. Si uno desea tener una gran cena y reunirse con la familia y los amigos, ciertamente no hay nada malo en esto. Pero el honrar el 25 de diciembre como el cumpleaños de Cristo, y así como un día santo especial, es hablar donde las escrituras son silenciosas y seguir las tradiciones de los hombres más que la palabra de Dios.